Koushun Takami
(Planeta, 2013)
BATTLE ROYALE, de editorial Planeta, es una crítica a la sociedad japonesa, individualista y competitiva. Es un libro de cabecera para los amantes del género distópico, es el texto que ha inspirado al mismísimo Quentin Tarantino, gurú occidental del género.
El libro de Koushun Takami, obra debut de este autor y única novela que ha publicado hasta el momento, es un clásico que se ha traducido a una decena de idiomas. Una obra de culto gore por su historia llena de violencia extrema y acción al límite, un fenómeno japonés, que en algunas escuelas es incluido como libro de texto y ha sido inspiración para cintas como Juegos del hambre de Suzanne Collins (2008).
Encuadrada en la herencia de El señor de las moscas de William Golding (1954) y La larga marcha de Sthephen King (1979).
La novela estrenó su película en el año 2000, del director Kinji Fakuasaku con Takeshi Kitano como protagonista. Tres años más tarde se realizó la secuela Battle Royal II: Requiem, última película de Fajuasaku, que murió en el 2003.
BATTLE ROYALE narra un Japón del futuro, regido por un estado policial conocido como la Gran República de Asia Oriental. Esta prohibido el rock, por considerarse una música decadente. En este estado totalitario y controlador, se busca promover la competividad entre los jóvenes. Por ello, bajo la excusa de un viaje cultural, un grupo de estudiantes son secuestrados y llevados a un instituto en la isla Okishima. Ahí les colocan en el cuello unos collares para tenerlos controlados. Les entregan un kit con comida, una linterna, un bolígrafo, un mapa, una brújula y un arma: una pistola o navajas, utensilios inútiles como un búmeran, guantes de boxeo o una percha. El juego comienza… las reglas son sencillas: cada 24 horas alguien debe morir. No existe límite de días. Cada seis horas se anuncian las bajas. Ante cualquier desacato los collares en sus gargantas explotarán. Esto sucede cada año, con 50 alumnos de noveno grado de varios institutos obligados a participar en este juego a muerte. Solo quedará uno: el ganador.